Bueno, pues eso es todo. Al final, y habiendo leído hace años todos los libros de la saga de Harry Potter, he visto ya todas las películas que se han hecho sobre los mismos. El lunes, Guillem y yo fuimos a ver la película con mi hermano Aitor, y el martes fuimos a probarla en 3D. Os digo que no hay una gran diferencia entre ambas, pero quieras que no, de películas tan cruciales para la mitomanía propia hay que hacer al menos un revisionado al poco tiempo y, si puede ser, en cine.
Lo primero que me gustaría decir es que este artículo va a tener dos partes. La primera ('La película) será apta para todos los públicos, es decir, que no contendrá detalles importantes de la trama para que quienes no han leído los libros o no han visto las películas no sientan que les arruino las sorpresas argumentales. La segunda ('los detalles') sí contendrá detalles, con lo que aseguráos de conocer la trama si la leéis.
Como siempre, escribo a impulsos, así que espero que no resulte demasiado inconexo :)
LA PELÍCULA
El conjunto de la película es muy bueno. Como apuntaban en otras páginas, algo en cierto modo sorprendente después de las concesiones incomprensibles que se había arrogado David Yates en el pasado.
Como adaptación es también un buen trabajo, al igual que la película anterior. Guillem y yo tuvimos la idea de ver la anterior inmediatamente antes de ir al cine, y fue un acierto.
La película... ¡se hace cortísima! Incluso para personas que no han leído los libros, como mi hermano, se hace tremendamente corta. Parece que ha pasado un solo minuto y ¡zas! ya se está terminando. La música es una pasada, la verdad, y vuelve a haber escenas de batalla 'de las que me gustan', de esas sin nada de música y sólo con el sonido de los hechizos al chocar o de las pisadas al correr.
De nuevo, NO ES UNA PELÍCULA PARA NIÑOS. Al verla con varios días de distancia respecto al estreno, tampoco tuvimos que sufrir a padres desinformados que llevan a las criaturas a ver una peli 'de niños, de magos y eso', pero sí había personas con niños demasiado pequeños para el nivel adecuado. Es una película cruel, tanto en el continente como en el contenido. Hay sangre y violencia, y muchos conceptos que a los niños se les escaparán (como se les han escapado, me consta, a muchos adultos).
Un punto en contra de la película es, de nuevo, el doblaje de Lord Voldemort. Es casi de risa, parece un abuelo acatarrado. Me parece una injusticia para con Fiennes que, de nuevo, borda el personaje... podría decirse hasta niveles que no había alcanzado hasta el momento. Una maravilla de interpretación, un placer para la vista.
Si vais a verla, parpadead lo menos posible porque merece que no os perdáis ni un detalle.
LOS DETALLES
Ah, lo que todos esperábamos...
Snape es, sin duda, el personaje que ha sorprendido a muchos no lectores, y ha proporcionado los que quizá son los momentos más esperados de la película para los que sí habíamos leído los libros. Alan Rickman se sale de los bordes de la pantalla y nos alcanza en las entrañas (aun con el rostro manipulado por ordenador o maquillaje, o ambas cosas, en las escenas en las que sale más joven). Un acierto también la elección del niño que lo interpreta brevemente en esos recuerdos que todos ansiábamos ver. El ataque de Nagini, fuera de foco, es brutal y visceral... de nuevo, sin música, tan sólo los golpes de sus violentas dentelladas y el sonido ahogado de la sangre al inundar la garganta...
Breve el flashback ansiado de las lágrimas de Snape, sí, pero es que el tiempo era limitado...
La escena de King's Cross, con todo lo enrevesada que es en el libro (es cuando Dumbledore, quizá, recupera su Gandalf interior) en la película es liviana y dulce. La visión del pedazo de alma de Voldemort es un cálculo perfecto del impacto visual (no lleven a sus sobrinitas de seis años a verla, no me importa insistir). Y es casi entrañable volver a ver a Albus cuando nos hemos familiarizado con la figura de Aberforth durante los minutos anteriores. Me parece un acierto no ahondar en la historia de Albus, Aberforth, Grindelwald y Ariana (ni en la de las Reliquias)... es más, esta película me dio la sensación de dejar puertas abiertas a que los espectadores se acercaran por fin a la obra literaria.
Porque ellos, los que han leído los libros, pueden encontrar grandes sorpresas en las películas, en forma de referencias visuales o dialectales. Algunas que sí podrá disfrutar el no lector pero aficionado a las películas son las que podemos hallar, con la vista aguda, en la Sala de los Menesteres, en la escena en que Harry halla la diadema de Rowena Ravenclaw: piezas del ajedrez mágico del primer libro, o la mata de lazo del diablo que se escondía bajo Fluffy; el marco del espejo de Erised, el armario evanescente o los duendecillos de Cornwall.
Eché de menos a Hagrid a lo largo de la batalla, así como a Grawp. También eché de menos más presencia del profesorado en la lucha, aunque sí considero un acierto el dejar por los pasillos a los alumnos fallecidos o la oportuna escena de Lavender con Fenrir Greyback, para dotar de la dimensión trágica necesaria a la batalla. No me gustó nada de nada cómo se repartieron las fuerzas para la batalla de Hogwarts, es decir, que la profesora Mc Gonagall expulsara a las mazmorras a los alumnos de Slytherin y no mencionara sacar a los menores de edad. De hecho, un gran acierto por parte de J.K. Rowling es el hacer notar que, entre los muertos de la batalla, hubo alumnos de Slytherin que se quedaron a luchar.
Me dio pena que no hicieran un poco más de justicia con la muerte de George, ni figuraran algo para la de Remus y Tonks, ya que ni siquiera hay una mención a su hijo hasta que Harry habla con el espectro (y queda muy forzado, todo sea dicho). También eché de menos a Colin Creevey, que murió aun siendo menor de edad, combatiendo al lado de los alumnos. Y a los elfos domésticos...
La actitud de la familia Malfoy, aunque a Guillem no le gustase cómo se marchan, creo que es muy acertada también. Narcissa es el gran puntal de esta situación, y la actriz hace un gran trabajo. Bellatrix, como siempre, excesiva: la Bellatrix de los libros es más elegante y sosegada, aun estando algo chifladilla por la acción de los dementores.
Y llegamos a mi querido Neville, que aunque tiene sus puntitos payasiles completamente prescindibles, creo que el enfoque cambia la impresión general del público (deformada injustamente por las películas anteriores), de payaso a payasito valiente. Neville es quizá mi personaje favorito de las novelas, y siento que al fin el público ha notado algo de esa grandeza que muestra el valiente Longbottom. No nos gustó, de todas formas, que sea 'el despertar' de Harry el que provoque el renacer de la batalla (es un recurso cinematográfico válido el retrasar, en aras de la espectacularidad, la decapitación de Nagini, pero...), ya que Neville decapita a la serpiente pensando que Harry está muerto (si no me falla la memoria), puesto que su lucha no termina porque muera Harry.
Otra cosa que no me gustó NADA DE NADA es la historieta de que Neville está loco por Luna. Me lo estaba temiendo, ya me lo temí de J.K. Rowling pero ella se mostró sensata al respecto: payaso y payasa juntitos en las películas. A ver, comprendedme: ni Neville ni Luna son payasos, pero preguntad a los espectadores medios de las películas y ellos os confirmarán que es en lo que les ha terminado convirtiendo la ficción cinematográfica. La escritora tuvo el buen tino de no caer en este tópico, y convertir a Neville en profesor de Hogwarts y a Luna en zoóloga mágica casada con otro zoólogo.
También podrían haber estado más finos con la traducción de las palabras de la Dama Gris. 'Ask' en el segundo verso significa 'pedir', no 'preguntar'...
Para no terminar con mal saborcillo de boca, comentaré otra cosa que me ha encantado. Me saltaron las lágrimas cuando la profesora Mc Gonagall dio vida a las estatuas de Hogwarts, y éstas salieron desfilando del castillo para defenderlo...
Nada, veda abierta para que comentéis lo que sea menester. Da penita, ¿no?, saber que no habrá más libros y más películas, después de todos estos años...
Findûriel
Lo primero que me gustaría decir es que este artículo va a tener dos partes. La primera ('La película) será apta para todos los públicos, es decir, que no contendrá detalles importantes de la trama para que quienes no han leído los libros o no han visto las películas no sientan que les arruino las sorpresas argumentales. La segunda ('los detalles') sí contendrá detalles, con lo que aseguráos de conocer la trama si la leéis.
Como siempre, escribo a impulsos, así que espero que no resulte demasiado inconexo :)
LA PELÍCULA
El conjunto de la película es muy bueno. Como apuntaban en otras páginas, algo en cierto modo sorprendente después de las concesiones incomprensibles que se había arrogado David Yates en el pasado.
Como adaptación es también un buen trabajo, al igual que la película anterior. Guillem y yo tuvimos la idea de ver la anterior inmediatamente antes de ir al cine, y fue un acierto.
La película... ¡se hace cortísima! Incluso para personas que no han leído los libros, como mi hermano, se hace tremendamente corta. Parece que ha pasado un solo minuto y ¡zas! ya se está terminando. La música es una pasada, la verdad, y vuelve a haber escenas de batalla 'de las que me gustan', de esas sin nada de música y sólo con el sonido de los hechizos al chocar o de las pisadas al correr.
De nuevo, NO ES UNA PELÍCULA PARA NIÑOS. Al verla con varios días de distancia respecto al estreno, tampoco tuvimos que sufrir a padres desinformados que llevan a las criaturas a ver una peli 'de niños, de magos y eso', pero sí había personas con niños demasiado pequeños para el nivel adecuado. Es una película cruel, tanto en el continente como en el contenido. Hay sangre y violencia, y muchos conceptos que a los niños se les escaparán (como se les han escapado, me consta, a muchos adultos).
Un punto en contra de la película es, de nuevo, el doblaje de Lord Voldemort. Es casi de risa, parece un abuelo acatarrado. Me parece una injusticia para con Fiennes que, de nuevo, borda el personaje... podría decirse hasta niveles que no había alcanzado hasta el momento. Una maravilla de interpretación, un placer para la vista.
Si vais a verla, parpadead lo menos posible porque merece que no os perdáis ni un detalle.
LOS DETALLES
Ah, lo que todos esperábamos...
Snape es, sin duda, el personaje que ha sorprendido a muchos no lectores, y ha proporcionado los que quizá son los momentos más esperados de la película para los que sí habíamos leído los libros. Alan Rickman se sale de los bordes de la pantalla y nos alcanza en las entrañas (aun con el rostro manipulado por ordenador o maquillaje, o ambas cosas, en las escenas en las que sale más joven). Un acierto también la elección del niño que lo interpreta brevemente en esos recuerdos que todos ansiábamos ver. El ataque de Nagini, fuera de foco, es brutal y visceral... de nuevo, sin música, tan sólo los golpes de sus violentas dentelladas y el sonido ahogado de la sangre al inundar la garganta...
Breve el flashback ansiado de las lágrimas de Snape, sí, pero es que el tiempo era limitado...
La escena de King's Cross, con todo lo enrevesada que es en el libro (es cuando Dumbledore, quizá, recupera su Gandalf interior) en la película es liviana y dulce. La visión del pedazo de alma de Voldemort es un cálculo perfecto del impacto visual (no lleven a sus sobrinitas de seis años a verla, no me importa insistir). Y es casi entrañable volver a ver a Albus cuando nos hemos familiarizado con la figura de Aberforth durante los minutos anteriores. Me parece un acierto no ahondar en la historia de Albus, Aberforth, Grindelwald y Ariana (ni en la de las Reliquias)... es más, esta película me dio la sensación de dejar puertas abiertas a que los espectadores se acercaran por fin a la obra literaria.
Porque ellos, los que han leído los libros, pueden encontrar grandes sorpresas en las películas, en forma de referencias visuales o dialectales. Algunas que sí podrá disfrutar el no lector pero aficionado a las películas son las que podemos hallar, con la vista aguda, en la Sala de los Menesteres, en la escena en que Harry halla la diadema de Rowena Ravenclaw: piezas del ajedrez mágico del primer libro, o la mata de lazo del diablo que se escondía bajo Fluffy; el marco del espejo de Erised, el armario evanescente o los duendecillos de Cornwall.
Eché de menos a Hagrid a lo largo de la batalla, así como a Grawp. También eché de menos más presencia del profesorado en la lucha, aunque sí considero un acierto el dejar por los pasillos a los alumnos fallecidos o la oportuna escena de Lavender con Fenrir Greyback, para dotar de la dimensión trágica necesaria a la batalla. No me gustó nada de nada cómo se repartieron las fuerzas para la batalla de Hogwarts, es decir, que la profesora Mc Gonagall expulsara a las mazmorras a los alumnos de Slytherin y no mencionara sacar a los menores de edad. De hecho, un gran acierto por parte de J.K. Rowling es el hacer notar que, entre los muertos de la batalla, hubo alumnos de Slytherin que se quedaron a luchar.
Me dio pena que no hicieran un poco más de justicia con la muerte de George, ni figuraran algo para la de Remus y Tonks, ya que ni siquiera hay una mención a su hijo hasta que Harry habla con el espectro (y queda muy forzado, todo sea dicho). También eché de menos a Colin Creevey, que murió aun siendo menor de edad, combatiendo al lado de los alumnos. Y a los elfos domésticos...
La actitud de la familia Malfoy, aunque a Guillem no le gustase cómo se marchan, creo que es muy acertada también. Narcissa es el gran puntal de esta situación, y la actriz hace un gran trabajo. Bellatrix, como siempre, excesiva: la Bellatrix de los libros es más elegante y sosegada, aun estando algo chifladilla por la acción de los dementores.
Y llegamos a mi querido Neville, que aunque tiene sus puntitos payasiles completamente prescindibles, creo que el enfoque cambia la impresión general del público (deformada injustamente por las películas anteriores), de payaso a payasito valiente. Neville es quizá mi personaje favorito de las novelas, y siento que al fin el público ha notado algo de esa grandeza que muestra el valiente Longbottom. No nos gustó, de todas formas, que sea 'el despertar' de Harry el que provoque el renacer de la batalla (es un recurso cinematográfico válido el retrasar, en aras de la espectacularidad, la decapitación de Nagini, pero...), ya que Neville decapita a la serpiente pensando que Harry está muerto (si no me falla la memoria), puesto que su lucha no termina porque muera Harry.
Otra cosa que no me gustó NADA DE NADA es la historieta de que Neville está loco por Luna. Me lo estaba temiendo, ya me lo temí de J.K. Rowling pero ella se mostró sensata al respecto: payaso y payasa juntitos en las películas. A ver, comprendedme: ni Neville ni Luna son payasos, pero preguntad a los espectadores medios de las películas y ellos os confirmarán que es en lo que les ha terminado convirtiendo la ficción cinematográfica. La escritora tuvo el buen tino de no caer en este tópico, y convertir a Neville en profesor de Hogwarts y a Luna en zoóloga mágica casada con otro zoólogo.
También podrían haber estado más finos con la traducción de las palabras de la Dama Gris. 'Ask' en el segundo verso significa 'pedir', no 'preguntar'...
Para no terminar con mal saborcillo de boca, comentaré otra cosa que me ha encantado. Me saltaron las lágrimas cuando la profesora Mc Gonagall dio vida a las estatuas de Hogwarts, y éstas salieron desfilando del castillo para defenderlo...
Nada, veda abierta para que comentéis lo que sea menester. Da penita, ¿no?, saber que no habrá más libros y más películas, después de todos estos años...
Findûriel